Quién ha estado en estado en este sitio podrá sentir la brisa perfumada, escuchara cantar a los apantles y experimentará cierta nostalgia, porque aquí se siente el paso de la vida,como cuando las velas se consumen como un anhelo.
Esta Hacienda no es un cúmulo de datos culturales o antropológicos, no es historia pasada ni antigua, es algo vivo que ofrece a los ojos y al corazón su belleza y vivencias. El monumento callado ó balbuceante solo espera a que el espectador confiese su entrega , ya que la hermosura no puede sustraerse a los sentidos.
Cuenta con más de 26,000 metros cuadrados de jardines, un acueducto del siglo XVI aún funcionando, aves exóticas y la majestuosidad de un casco de Hacienda en perfecto estado de conservación, Una Terraza bajo el Laurel con capacidad para 500 personas con opción a aumentar a 1600 personas,
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Sin duda uno de los lugares más mágicos de Morelos en los que sin duda harán de su evento el mejor.
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